🍏 Manzanas podridas y leña seca: el veneno silencioso de tu empresa

Hay días en los que odias a algunos empleados.
Sí, aunque suene políticamente incorrecto.
Por mucha nómina que les pagues, por muchos derechos y convenios que tengan, a veces sientes que son más un obstáculo que una ayuda.

Hace poco hablé con una empresaria canaria que lo dijo sin rodeos:

“Chema, a veces he sentido que el enemigo no eran mis socios, ni siquiera el propio negocio… a veces he sentido que el enemigo eran algunos de mis empleados.”

Y ojo, no es la primera vez que lo escucho.

El veneno de las manzanas podridas

Cuando tienes manzanas podridas en tu equipo, pasa siempre lo mismo: acaban pudriendo a las de al lado.

• Ese empleado que critica a escondidas.

• El que genera desconfianza.

• El que transmite desgana y arrastra a los demás.

Si lo dejas estar, el mal clima se multiplica.
La cultura se intoxica.
Y tú terminas pensando que tu empresa se está volviendo ingobernable.

La inutilidad de la leña seca

La otra metáfora que siempre me viene a la cabeza es la leña seca.

De la leña seca no brota nada.
No da fruto, no crece, no aporta.

En la empresa pasa igual:

• Gente que “hace como que trabaja”.

• Tú haces como que crees que trabajan.

• Pero al final, ni suman ni empujan.

Son empleados que ocupan espacio y tiempo, pero no generan valor.

La pregunta incómoda

La cuestión no es solo si tienes demasiada leña seca en tu plantilla.
La pregunta de verdad es otra:

👉 ¿La leña ya venía seca… o la hemos dejado secar por incompetencia nuestra al frente del negocio?

Porque sí, hay manzanas que ya entran podridas.
Pero también hay buenos profesionales que se han apagado dentro de la empresa porque:

• No les hemos dado claridad.

• No les hemos exigido bien.

• No les hemos escuchado.

• O hemos permitido que el mal clima los seque.

Liderar no es solo contratar y despedir

Liderar no es fichar a gente y esperar milagros.
Liderar es crear un entorno en el que los buenos crecen, los mediocres se definen y los malos quedan en evidencia rápido.

Es:

• Poner expectativas claras.

• Dar responsabilidades reales.

• Reconocer el esfuerzo.

• Y cortar de raíz cuando algo no funciona.

Qué hacer si tienes manzanas podridas o leña seca

1. Detecta rápido
   Escucha más allá de los informes. Mira actitudes, conversaciones, detalles pequeños.

2. Separa la incompetencia del desánimo
   No es lo mismo alguien que no sabe, que alguien que no quiere. Al primero puedes formarlo; al segundo, difícilmente.

3. Actúa sin miedo
   El peor error es mirar hacia otro lado. Cada mes que dejas a alguien “tóxico” o inútil en tu empresa, te cuesta dinero, energía y clima.

4. Revisa tu rol
   Pregúntate con honestidad: ¿he hecho mi parte como líder para que esta persona brille? Si la respuesta es sí y aún así no funciona, no te tiembla la mano.

El enemigo no son “los empleados”

El enemigo son las manzanas podridas y la leña seca.
Y el mayor riesgo es que tu incompetencia como líder las deje crecer o secarse dentro de tu casa.

Al final, lo que diferencia una empresa que avanza de una que se pudre es el tipo de gente que se queda dentro… y cómo se lidera desde arriba.

Conclusión: tu equipo es tu espejo

Un equipo sano, fuerte y comprometido no aparece de la nada.
Se construye con dirección, con exigencia clara y con un liderazgo que inspira.

Y un equipo lleno de manzanas podridas y leña seca tampoco aparece de la nada:
Se crea cuando el empresario no toma decisiones, no pone límites y no cuida el entorno.

Si sientes que tu tropa está más seca que viva, o que tienes empleados que parecen tus enemigos en nómina, igual es hora de mirar de frente tu liderazgo y reorganizar tu empresa.

Ese es mi trabajo como mentor: ayudarte a construir equipos que funcionan, sin manzanas podridas ni leña seca.

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[QUIERO HABLAR CON CHEMA – Necesito transformar a mi equipo en un motor de crecimiento]

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